En tierra de nadie

En tierra de nadie agrupa sesenta sonetos que desgranan un proceso de desarraigo. Dividido en dos partes —antes y después, causa y efecto, pérdida y búsqueda—, a la elección de la forma poética por excelencia se suma la indagación en torno a los tópicos universales de fe y amor («enanos a hombros de gigantes»…), eso sí, inspirados por la llama siempre novedosa de la experiencia particular. Cada uno de estos sonetos, concebidos como piezas individuales, participa de un conjunto integrador que, como en tantas otras ocasiones, no desveló el misterio de su unicidad hasta que se vio completado. 

En tierra de nadie nace de un doloroso desconcierto fruto de un doble desgajamiento, de Dios y de musa, vinculando así trascendencia y amor (divino y humano), como en los ejes de una cruz; y se desarrolla en el esforzado itinerario, a través de un desolado páramo espiritual, por el que se ve obligada a transitar un alma. Las interrogaciones concernientes a la fe y la certeza de la angustia se solapan con las reflexiones acerca de un amor que, habiendo sido breve cielo, se prolonga en la ausencia bajo la forma de una pequeña muerte que ronda.